A los lectores:

Dedicado a quienes cada día me dan aliento e infunden calma en mi ser. A quienes por mucho tiempo fueron mi guía y luz, quienes siempre estuvieron junto a mí.

Agradezco mucho que sigan la historia =) y me alegra que les haya gustado.

domingo, 19 de diciembre de 2010

~ Capítulo 7: Tocata ~

Se podía diferenciar, la caida de las gotas una entre otra, como recorrían por el rostro de Mio y se mezclaban con sus lágrimas.
-Porque… dices eso? – Respondí, triste y nervioso.
-Ya no será posible vernos más – Ella respondió – Dentro de 15 días, se decidirá si me quedo aquí, o me iré lejos.
-No entiendo.
-Mi Familia, afirmó que entraría al programa de becas para el extranjero, y dentro de 15 días daría los exámenes, por lo cual, en un mes ya no estaría acá. Es por eso que ya no podemos vernos, porque… sería más doloroso despedirnos luego que ahora – Dijo Mío, mientras mostraba una mirada perdida, y sonreía ligeramente, mientras secaba sus lágrimas.

Tal vez ya sea tarde para nosotros, tal vez no pueda hacer nada para evitar eso, tal vez… tal vez.
-Ren, cuídate mucho, si en un futuro lográramos encontrarnos de nuevo, sonríe como siempre lo hiciste conmigo.
-Mio…
-Así que, adiós. – Ese momento se dio la vuelta y se alejó caminando.

Duele demasiado pensar perderla, pensar que no estará aquí, su ausencia será como un vació que no se llenará sin importar cuánto tiempo pase, desde cuando fue que me hice tan dependiente a ella? Desde cuándo fue que la quiero demasiado?
-MIO!!! – grité.

Ella se dio la vuelta lentamente, ese momento fui corriendo hacia ella y la abrasé. Puede que sea muy egoísta de mi parte desear que ella se quedara, pero es el deseo de mi corazón. El deseo de mi persona. El deseo de mi ser.
-No digas cosas como aquellas, aunque tu tengas que irte, te prometí que no te dejaría mucho menos en un momento como este. Duele pensar que ya no te veré, no seas egoísta conmigo al no permitirte verte y poder pasar contigo estos días. A pesar de ello quien te dijo que ya no me verías más?.

Es lo que yo deseo… es lo que le prometí… aunque signifique cambiar mi vida… lo haría por ella.
-Te quiero – Le dije en voz baja, mientras la abracé con un poco más de fuerza.

Recuerdo de aquel día lluvioso, sus manos abrazándome fuertemente, mientras la lluvia caía dibujando aquella escena de ensueño.





"Vuela alto y más alto, que mis alas de amor te están llamando a tí.
Déjame ser uno para abrazarte fuerte y darte felicidad porque sin ti no hay nada en este mundo para continuar, Así que te envío todo mi amor a ti" -
Yazumi Kana, Happiness

~ Capítulo 6: Stacato ~

Saliendo de casa comenzó a llover.
 -Dios… Olvidé mi sombrilla – Dije en voz baja – Daichi adelántense que yo volveré a casa por mi sombrilla.
Retornando a casa, la lluvia se tornó en fuerte llovizna, lo peor fue que no encontré mi sombrilla en casa, así que lo mismo que nada, salí de casa protegido solamente con el cobertor de mi chaqueta.

Fue un día agitado, inclusive durante clases. Me quedé contemplando el cielo por la ventana, otro día en que el cielo llora. Cubriendo con delgadas gotas cada centímetro de tierra, al ver este paisaje, me puso triste. Y sentía que algo no estaba bien.

Terminadas las clases me dirigí rápidamente hacia donde estaba Mio, guareciéndome así bajo las instalaciones donde ella pasaba clases. Ella no estaba. La busqué por todo lugar, y no la encontré. Ese momento recibí una llamada:
-Ren, donde andas? – Dijo Daichi.
-Yo estoy… acabo de salir de clases – Respondí.
-Perfecto, ahora mismo estamos en una cafetería, ven y acompáñanos, te enviaré la dirección mediante un mensaje.
-Daichi… está bien.

Pasado un momento luego de la llamada, me llegó la dirección donde se encontraba Daichi. El camino parecía más largo hoy que otros días.

Caminé por una pequeña plaza mirador que se encontraba de camino a la cafetería, a paso lento, dejando que la lluvia moje mi cabeza. En una banca divisé a una chica, ¿porque?, Mio... que haces ahí.
-Mio… que haces en medio de la lluvia? – Le dije mientras la cubría con mi chaqueta.
-Solamente, me quedé un momento a pensar – Me dijo mientras con su mano retiraba mi chaqueta, en señal que se encontraba bien.
-Coge mi chaqueta sino agarrarás un resfrío – Ese momento, tomé una pausa, y le dije – Que pasó el día de hoy? Estuve preocupado por ti.
-No pasó nada importante, no te preocupes – Me dijo en tono serio y triste.
-Por ahora vuelve a casa a cambiarte ropa seca y beber un té caliente.
-Ya no te preocupes más, porque… Ren, ya no podremos vernos más.

Aquel instante, quedé fijamente viéndola, mientras caía de mis manos mi chaqueta, y la lluvia ensordecía las palabras ya dichas.





"Que cuando me he dado cuenta, Dos corazones que estaban juntos ahora están separados.
Me gustaría tener el tipo de poder de cambiar el rumbo y retroceder el tiempo" -
Yazumi Kana, Happiness

domingo, 28 de noviembre de 2010

~ Capítulo 5: Presto ~

Me quede viendo el bus como se alejaba, mientras pensaba en aquellas palabras. El día recorrió su ritmo normal, volviendo a casa no encontré a Daichi, me dejó una nota en la cual estaba escrito que el llegaría para el anochecer porque se presentó una emergencia.

Mientras comía recordé que debía ir a recoger los Documentos de Daichi y los míos, me coloqué una chaqueta y salí corriendo del hogar. Poco a poco se fueron dibujando nubes en el cielo, llegando a un punto que lo cubrieron todo, el cielo tronaba, la lluvia venía.

Llegando a la universidad, recogí los documentos, es ahí cuando la lluvia se desató, corrí a guarecerme en el sector de espera de una parada de autobuses, a lo lejos divisé a Daichi sentado en un café, acompañado de Demi. Hablaban de algo serio, lo notaba en la expresión de sus rostros, pasado unos minutos Demi se levantó y salió corriendo, cubriéndose un poco el rostro. Ella lloraba, mientras que Daichi se quedó ahí sentado, con la cabeza baja.

Aquella escena me desconcertó respecto a la actual relación de Daichi y Demi, es ahí cuando decidí volver a casa.

Hoy Daichi llegó tarde a nuestro hogar. Yo me encontraba recostado sobre mi cama, sentí como se dirigía hacia su habitación, y sentía también el agua que caía a cada paso que daba. De repente se prendió la luz de mi celular, en señal de recibir un mensaje. Era Mio:
“Espero que hayas tenido un día agradable, yo estoy a punto de dormir, abrígate bien esta fría noche, y el día de mañana también. Espero verte abrigado n_n”

Solo quedaba esperar a un nuevo día, aquella noche fría había llegado a su fin.

Al día siguiente, lo que me despertó fue el frío, tal como dijo Mio, debo abrigarme. Las calles están con restos de lo que fue la nevada de la anterior noche.

Bajé a la primera planta para preparar el desayuno, escuché como Daichi bajaba las gradas y se dirigía hacia donde estaba.
-Buenos Dias Ren! – Me Saludó Daichi en el tono de voz que acostumbra de darme los Buenos Días.
-Cuales buenos, ayúdame con el desayuno – Le repondí.
-Vaya vaya, al parecer tienes problemas con la cocina – Me dijo en tono burlón – No puedes hacer nada sin mi cierto? – Ese momento se rió.
-Claro que puedo hacerlo, solo que esta vez se hace tarde y no alcanzaré a preparar el desayuno a tiempo.
-Bueno no hay problema déjamelo a mi!
Daichi es muy habilidoso en la cocina, lo que yo demoro una hora en preparar, el puede hacerlo en la mitad de tiempo.
-Gezzz, quiero volver a mi cama – Le dije mientras me sentaba, y apoyaba mi mentón sobre la mesa cerrando mis ojos.
-Ajá, y quieres que venga Mio a despertarte? – Respondió Daichi mientras me veía con una sonrisa en su rostro.
-NO! Para nada, solo que hace frio y no tengo ganas para salir el día de hoy. – Respondí.

Ese momento escuchamos que alguien tocaba la puerta. Daichi se dirigió a abrir, de repente escuché que Daichi despidió un grito. Salí corriendo para ver lo que había pasado.
-Daichi… no sabía que tenías esas preferencias – Le dije.

Daichi se encontraba en el suelo, mientras abrazado de él se encontraba una jovencita al parecer tenía 12 años de edad.
-No, no es lo que piensas! – Me dijo Daichi con voz nerviosa.
-Hahahahaha!!! Eso todos dicen.
-Rin! Suelta a Daichi! – Dijo una muchacha que lentamente se acercaba a la entrada de nuestra casa.
-Nooooo – Respondió la pequeña.
-Mai! Sálvame – Grito Daichi a la muchacha de la puerta.

La muchacha fue corriendo hacia donde estaba Rin y Daichi, yo me quedé observando cómo luchaba la muchacha por separar a Rin de Daichi, mientras que a Daichi se le notaba estar en shock.

Al parecer, el día de hoy será uno de aquellos en los cuales no habrías querido salir de casa. Pero… Mio espera a que vaya por ella.
-Ren… porque sonríes? – Me preguntó Daichi mientras se levantaba del suelo, mirándome con ojos acusadores.
-Em… mira! Ya es tarde! – Le dije, mientras trataba de disimular mi sonrisa.
-Está bien, hoy te salvas de mis preguntas, yo volveré por la tarde, Mai vino a recoger material para el proyecto que tenemos.
-Oiga, usted es el hermano de Daichi? – Me preguntó Rin.
-Si pequeña – Le respondí en tono amistoso mientras sonreía un poco.

Ese momento la pequeña me dio un puntapié en el tobillo y corrió hacia Mai, en lo cual caí adolorido al suelo.
-Sí, un día en el cual no hubiera querido despertar – Dije mientras me salía una lágrima de dolor y sonreía.


"Vive canon. Siente canon. Percibe canon. Se canon" - Stratoss

martes, 16 de noviembre de 2010

~ Capítulo 4: Arsis ~

Caminábamos con rumbo a la parada de buses. La miraba de reojo, prestaba atención a cada detalle que aparecía en el trayecto, peluches en venta, libros, juegos, accesorios. Era interesante, aparte que muy divertido caminar a su lado. Mayor parte del tiempo hablábamos de mascotas, ya que ella es una amante de los gatos y perros, pero más de gatos.
-Mio, tienes algo de tiempo ahora mismo? Quisiera pasear contigo antes de que vayas a tu casa – Le dije
-Humm, si dispongo de un poco de tiempo antes de ir a casa. – Me dijo mientras colocaba una mano bajo su mentón, en señal de recordar las cosas que debía hacer en el transcurso del día.
-Perfecto! Vamos al parque sur.

Ese momento nos dirigimos hacia el parque, ya era aproximadamente el medio día. El cielo totalmente despejado, hacía una agradable brisa, la cual acariciaba el rostro, dándole una sensación de frescura. Por supuesto el sol estaba puesto sobre nosotros, así que no podíamos quedarnos mucho tiempo expuestos, sino en poco tiempo nos insolaríamos.

El lugar estaba ocupado por pocas personas, entre ellas niños y algunos jóvenes. Jugaban y se divertían en algunos de los juegos del parque, pero los columpios estaban desocupados, y es allí para donde nos dirigimos.
-Mio, ya son dos años desde que nos conocemos – Le dije mientras comencé a mecerme en el columpio. – Fue un largo tiempo en las cuales muchas cosas sucedieron. Entre una de ellas la promesa que te hice.

Aquella noche, en la cual parecía que nuestros caminos se separarían, hizo que recorrieran paralelamente, uno al lado de otro. Aquella noche que quise alejarme, ella me abrazó, apoyando su cabeza contra mí pecho, diciéndome que no la deje, que era alguien especial para ella. Mi corazón fue con ella, queriéndola mucho más, deseando estar con ella siempre. Esa fue el día en que hice la promesa más importante de mi vida, en la cual prometí a alguien… se lo prometí a ella, que nunca la dejaría.

-Recuerdo aquel día – Me respondió Mio, con una sonrisa en el rostro.
-Dime porqué me detuviste aquel momento?
-Porque tú ya eras alguien especial para mí, y aún sigues siéndolo, eres mi mejor amigo y no quise perderte.

Su mejor amigo… no puedo traicionar aquella confianza que ella me tiene. Si le dijera algo de lo que yo siento, tal vez nada volvería a ser igual, y en ese caso ambos nos perderíamos para siempre.
-Ya veo – Le respondí, con una disimulada sonrisa, mientras mi vista se tornaba hacia el cielo.
-Me alegra mucho que aún sigas acá – Dijo Mio mientras ella también desviaba la vista hacia el cielo.

Ese momento comenzó a sonar mi celular. Y Respondí – Hola, habla Ren.
-Ren… sabes qué día es hoy? – Era la voz de Daichi
-hemm… no – Respondí, mientras Mio me veía con una vista acusadora.
-Hoy te toca cocinar! No me matarás de hambre nuevamente verdad? – Dijo Daichi.
-Lo siento! Lo olvidé por completo – Respondí con voz nerviosa.
-Vale, no te preocupes, hoy te cubriré con la comida, pero que no se te olvide que debes recoger nuestros documentos de la Universidad.
-Gracias Daichi, y sobre los documentos, ya estoy en camino.
-Por cierto Ren… Saludos a Mio! – Me lo dijo con voz pícara mientras escuchaba como su risa se alejaba.
-Oye tu!... rayos colgó.
-Creo que llego la hora de irnos verdad? – Preguntó Mio.
-Sí, ya es hora.

Nos dirigimos hacia la parada de buses, donde ella suele esperar para irse a casa.
-Ren, cuídate – Me dijo mientras me observaba – Y recuerda no descuidar tus estudios.
-Claro que me cuidaré, y en los estudios me va muy bien, tú ya lo sabes.
-Jeje~ Me gusta decírtelo, acá ya viene el bus.
-Mio yo… quería decirte… cuídate – No puedo decírselo.
-Tú también, y por cierto Ren – Respondió mientras se subía al bus.

Ese momento se dio la vuelta, y me vio fijamente.
-No olvides que te quiero – Me dijo Mio con una sonrisa.






“Cada cosa tiene su momento y lugar” - Stratoss

domingo, 14 de noviembre de 2010

~ Capítulo 3: Arpegio ~

No tomó mucho tiempo llegar a mi destino, que era donde ella estudiaba. Me dirigí al aula donde ella estaba. Pude divisarla, sentada en la primera fila del aula, prestando mucha atención a las explicaciones del Catedrático.
-grarw ~ - sonó mi estómago. Bueno, hasta que terminara su clase podría ir a comprar algo para comer. Así que me dirigí a la tienda más cercana. Divisé a lo lejos a un grupo de personas, que parecían hacerme señas, y de repente un muchacho de ese grupo gritó:
- Perdido!!!!

Al gritar eso se acercaron lentamente, y pude ver que entre el grupo de personas se encontraba uno de mis grandes amigos, Paul. Lo conocía desde que estaba en primaria, aunque mi relación con el no fue una de las mejores por esos años, debido a que el constantemente junto a su grupo de amigos de ese entonces fastidiaban a el resto de mis compañeros; como dicen muchas personas, la gente cambia con el tiempo, cambiar para bien o para mal, cualquiera de las dos opciones es un cambio. En caso de mi amigo cambió para bien.
-Donde te perdiste tanto tiempo Ren! – El me dijo con una gran sonrisa y en tono de voz muy alegre.
-De verdad es mucho tiempo, pues comenzaron clases de verano, me encontraba un poco ajustado de tiempo, pero ya a partir del día de hoy me verás más seguido. – Respondí, mientras compraba algo de la tienda.
-Jajaja – Paul despidió una amistosa risilla – Pues nos preguntábamos si volverías, porque Mio estaría sola este verano. Y tal vez otra persona fuera a verla.

Miré a Paul de reojo y le dije en tono serio, al mismo tiempo con una corta sonrisa – Otra persona?, además ya estoy aquí y no piensen cosas que no son! – Acabado de decir esto se notaba que estaba un poco molesto por lo que acababan de decir. Abrí la envoltura de lo que compré, que era un pequeño pastelillo con toda la cubierta glaseada.

Me puse a pensar, Paul pasa clases con Mio… momento… Pasa clases con Mio! Paul está aquí, es decir… que Mio ya terminó clases!
-Te veré más tarde Paul – Le dije mientras agitaba mi mano, y colocaba uno de los colgadores de mi mochila sobre mi hombro.

Me dirigí rápidamente al patio central de la institución, a la distancia pude divisarla. Vestía una chaqueta negra con Jeans, la última vez que la vi, ella se hizo rebajar el largo de su cabello, se veía bonita. A su lado estaban dos de sus mejores amigas, Rose y Lizbel. En un futuro hablaré más acerca de sus amigas, por ahora me desespero por ir a saludarla.

Me puse detrás de ella sin que se diera cuenta, además que es un poco distraída no tuve problemas en acercarme.

Rápidamente dirigí mis manos hacia sus ojos y los cubrí. Ella levantó sus manos a la altura de sus ojos, apoyando las yemas de sus dedos sobre el dorso de mi mano, acarició lentamente, y dijo:
-Me alegra verte mucho Ren – Mientras en su rostro se dibujaba una sonrisa.
-No es justo! – Dije mientras retiraba mis manos de sus ojos.
-Vaya, que no es justo? – en un movimiento rápido me dio una suave palmada en la cabeza.

Ella siempre acostumbraba darme una palmada cuando reclamaba, o solía equivocarme en algo cuando ella tenía la razón, es una forma de expresar su posición. Es gracioso algunas veces, que falla en darme el golpe. Porque aquellas veces me saca “combo de diez hits con fatality incluido” (diez golpes consecutivos, con uno extra incluido, ese último suele ser en el estómago o en el pecho). Pasado eso siempre terminamos el día riendo de lo sucedido y sonriendo por las muchas cosas agradables que hicimos.
-Está bien, está bien, creo que soy muy obvio al hacer eso, pero ya con el tiempo se me idearán… - Ella ya no estaba. Lo dije, ella es distraída, y pierde la atención muy fácilmente, pero en situaciones importantes, ella sabe escuchar y presta muy buena atención.
-Gezz… - Ella ya se encontraba despidiéndose en el ingreso del lugar, me dirigí rápidamente donde ella, la tomé del brazo y le dije – vaya, y yo que quería invitarte helado.
-Helado! – Se dibujó rápidamente una sonrisa en su rostro, me sonrojé al verla. Estaba feliz, tranquila, no paraba de verla.
-Ren... dame una cuñada y sobrinos. – Se me vino a la mente esas palabras de Daichi.
-Ren? En que estarás pensando hum? – Me dijo Mio viéndome directo a los ojos, con mirada acusadora.
-Hum… en nada – Respondí mientras desviaba la mirada mientras me sonrojaba aun más. Ese momento Mio me dio otro golpecito en la cabeza.
-Distraído, entonces… vamos? – Me dijo con una sonrisa
-Sí, vamos. – Le dije mientras le sonreí.








“Ilumina el día con una sonrisa, no solo tu día!, sino el día de todos” - Stratoss

sábado, 13 de noviembre de 2010

~ Capítulo 2: Adaggio ~

Hace una linda mañana el día de hoy, aproximadamente son las 10:40 de la mañana, yo y Daichi caminamos rumbo a la galería de artículos eléctricos que se encuentra a quince minutos de nuestro hogar. Daichi miraba con mucha atención a nuevos artículos que salieron a la venta, a pesar de que soy amante de la tecnología no me encuentro con interés de ver los artículos, sino me dirigí hacia una de las grande y panorámicas ventanas que tenía la galería.
-Ren? Eres tú?
-heh? – Volteé la cabeza. – Demi! Pero, qué haces aquí?
-Solo… veía algo que comprar – Respondió Dirigiendo la vista hacia un lado.
-Hola Demi – Respondió mi hermano en un tono serio, sus ojos reflejaban tristeza.
-Hola Daichi, vine a ver nuevos artículos, pero… No encontré nada, así que retornaré a mi hogar, cuídense. – Tenía una mirada triste al decir eso, salió del lugar y la vi pasar la avenida.
-Daichi porque no evitaste que se fuera? – Le dije en tono serio – Si sabes que todo lo ocurrido fue un malentendido.
-Pero es algo que pasó, y no se puede borrar lo que fue hecho.
-Espero que la próxima vez, se lo puedas decir.
-Decir… eso espero. – Dijo eso mi hermano volviendo a dirigir su vista hacia los artículos electrónicos.

Mi hermano, se ve triste. Después de este tiempo, el aún sigue queriendo a Demi. Hace cuatro meses ellos tuvieron algo y fueron algo. Día a día disfrutaron su compañía, todo se veía en calma, mientras no sabían que una tormenta se avecinaba, no puedo creer cómo no pude anticipar los hechos. La gente habla, muchas personas hablan de otras personas, pocas hablan bien, muchas hablan mal. Envidia? Tal vez odio, Rumores que crean las personas muchas veces son a causa de lo que uno hizo en un pasado, y esta causa fué la relación entre Daichi y Demi. Si las personas que fueron unidas por el destino no se encuentran preparadas, ese rumor será una gran tormenta en la cual se encontrarán perdidos y el hilo será roto. Se pierde mucho más que el amor que sienten, se pierde una parte de ti, se pierde tu sonrisa. Ya dijeron que todo se puede superar, sólo si el destino dice que esa persona no fue para ti; eso nadie te lo dice, simplemente lo sientes, al fondo de ti.

Sensación agridulce que está en tu corazón, parte de ti quiere volver a esos días, pero el resto dice que aquello terminó. Eso es lo que siente Daichi.
 -Daichi… es hora de irme. – Le dije en tono melancólico, mientras recogía mi mochila del control de seguridad de la galería.
-Ve Ren, saluda de mi parte a Mio. – Me dijo mientras en su rostro se dibujaba una sonrisa.
-Heh? Que… cuando? – Respondí titubeando mientras comenzaba a sonrojarme – si no te dije!
-A donde más irías con tanto apuro? Si no es para verla a ella, no estarías tanto tiempo en tu dormitorio alistándote para salir – Daichi se acercó lentamente a mí, levantó su mano poniéndola sobre mi hombro y  me dijo en tono serio – Ren... dame una cuñada y sobrinos.
-HEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEH!!!!! – en ese momento salí corriendo del lugar.




"El pasado no se borra, no se olvida, sólo se acepta y se perdona" - Stratoss

~ Capítulo 1: Preludio ~


Miré a través de la ventana, era otro día más de verano, caluroso, con cielo despejado. El día de hoy parecía estar todo más calmado, como la calma antes de la tormenta, o mejor dicho la calma antes que comiencen los mejores días de mi vida.
-Señor Ren a donde mira con tanta afinidad.- Me preguntó el Catedrático
-Errr... no es nada Licenciado.- Le respondí. Y él afirmó:
-Se le ruega prestar mucha mayor atención a la clase, caso contrario no estará preparado para los exámenes.

Terminada la clase, tomé mis cosas y me retiré rumbo a mi hogar. Hay veces en las que dejo volar a mi imaginación, pienso en amigos, familia, en la persona que me gusta, en cosas que podría hacer. Cuando era niño mi madre me dijo que diera alas a mi imaginación, y que creara cosas muy grandes, que en algún momento estas cosas yo las podré convertir en realidad. Tal vez exageró un poco ahora que tengo 21 años veo que las cosas no son así, aunque una parte de mi sigue creyendo en lo que dijo mi madre.

Actualmente vivo solo con mi hermano Daichi, mi Madre se encuentra en otro Estado debido a su salud. Hablaré acerca de Daichi y yo, Daichi es mi hermano menor por medio año, aunque no es mi hermano de sangre, aprendimos a convivir en armonía este tiempo que vivimos solos, que ya es casi seis meses. El es de carácter calmado, muy gracioso conmigo, muchas veces tengo que insistirle para que salga con sus amigos, ya que mayor parte del tiempo desea pasarla conmigo jugando, tal vez consolas o en la computadora. Día a día me sorprendo de mi hermano, por su gran capacidad de asimilar conocimientos nuevos. Yo a veces me comporto de manera inestable, y es ahí cuando Daichi me ayuda a entrar en razón, gracias a Dios que esos días ya pasaron, y estoy más tranquilo de lo que sucedió en un pasado.

Es un nuevo día, siento como un Hilo de luz alumbra mi rostro, todo se ve difuso. Esa luz, es como aquel día, en que la conocí. La primera luz de la mañana que es la más brillante, no puedes verla de frente, pero es atrayente; es el indicador de que un nuevo día se inició, junto a nuevas oportunidades, nuevos objetivos, nueva esperanza.

Es aquella luz que ella desprendía aquel día, no podía dejar de verla, era algo tímida, su mirada templada demostrando seriedad y al mismo tiempo calidez, delicada en sus movimientos, con voz delgada y seria. La vez que nos conocimos tanto ella como yo estábamos avergonzados, fue extraña aquella sensación, sin saber el porqué de esa reacción.
-Lo siento debo retirarme a recoger mis apuntes.- Dijo ella viéndome tímidamente a los ojos.
-No te preocupes, te veré en otra ocasión.- Respondí.

Esas fueron nuestras primeras palabras, el momento de vernos y conocernos. La vi dirigirse hacia la salida de la Universidad. Quien hubiera pensado que la "otra ocasión" sería al día siguiente, no pude esperar más tiempo, y volví a ir por ella. Ya pasaron un año y cuatro meses desde aquel día.
-Ren! se hace tarde para ir a la galería.- Gritó mi hermano desde la sala.
-Ya voy, ya voy!- Grité mientras me levantaba de cama y me ponía ropa.

Tomé mi celular, quedé viéndome fijamente la pantalla... Como la extraño, aunque haya sido una semana que no la veo, es un largo tiempo para mi, y no hay momento que vea los últimos mensajes que ella me envió.

"Hola Ren, amanecí bien gracias, hoy estuve jugando mucho con mi gato, estoy en temporada de exámenes, pero ya terminaré pronto, descansa n_n."

Hoy será el día en que la volveré a ver, estoy seguro!
-REN!!!!!!!!!! - Gritó muy fuerte mi hermano
-Ya estoy de camino - Respondí
-Hace diez minutos debimos haber salido, el tiempo es corto!
-Vale, vale, ya estoy listo - Dije, bajando las gradas de nuestro hogar.





“El tiempo en que vemos hacia atrás y sufrimos por cosas ya pasadas, es el tiempo en que los cambios más importantes se dan” – Stratoss